No es la pobreza o la escasez lo que te hace humilde.
No es la falta de ambición o la falta de sueños e ideales.
No eres humilde por pasar desapercibido entre la gente sin dejar la mas mínima huella en esa humanidad cercana.
La humildad no tiene nada que ver con tu autoestima baja ni tu pobre concepto de ti mismo.
Para ser humilde tienes que aprender a ser grande, muy grande.
Para ser humilde debes llenar tu vida de riqueza en todos los sentidos.
Para ser humilde debes aprender a vivir en absoluta abundancia porque solo así. Tu humildad se hará notoria y autentica. Entre más grande seas, más oportunidad tendrás de lucir la belleza de tu humildad y dependerá de ti y solo de tí, que esa humildad te convierta en un ser excepcional, acercándote cada vez más a la plenitud de tu verdadera esencia. Solo puedes ser humilde cuando eres grande. Cuando eres pequeño, no eres humilde, eres miserable.
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